lunes, 5 de enero de 2009

¿Preservar o demoler? Las oportunidades que ofrece un patrimonio edilicio puesto en valor

El patrimonio urbano y arquitectónico constituye una manifestación de la memoria colectiva, que testimonia la producción cultural heredada. Si bien remite al pasado, también contribuye en el presente a conformar identidad en los ciudadanos y a desarrollar un sentido de pertenencia que una comunidad comparte en un espacio histórico y simbólico. En tal sentido, cómo conservarlo, de qué modo intervenir sobre él y bajo qué premisas hacerlo resultan ser algunos de los interrogantes sobre los que ahonda la entrevista con el Arq. Marcelo Magadán, reconocido especialista que ha intervenido en la recuperación de obras emblemáticas, como la Basílica Nuestra Señora de la Merced, el Teatro Nacional Cervantes, las Galerías Pacífico, el Mercado de Abasto y el Teatro Colón.


POR EL ARQ. GUILLERMO TELLA, CON LA COLABORACIÓN DE ALEJANDRA POTOCKO ()


03:00
-¿Qué oportunidades le ofrece a la Ciudad un patrimonio edilicio puesto en valor?

Desde hace varias décadas, la normativa internacional en el campo de la conservación recomienda que los edificios recuperados se destinen siempre a un uso concreto. Paralelamente, existen determinadas exigencias actuales de tipo funcional, tecnológica y de confort a las que el edificio debe dar respuesta. Pero que un edificio haya que preservarlo, que no pueda demolerse, no significa que deba “congelarse”.

El proyecto de recuperación edilicia debe alcanzar un equilibrio entre las soluciones que satisfagan sus requerimientos y demandas y, por otro lado, conservar los elementos que caracterizan al edificio, aquellos que le dan valor y lo diferencian. Los resultados de esta ecuación pueden ser muy buenos.

Hay que tener en cuenta que muchos de los edificios existentes son de excelente construcción. Materiales nobles y espacios generosos facilitan su recuperación y su reutilización, respectivamente. Además, esa recuperación se hace con una inversión menor a la que se necesita para llevar adelante un proceso de renovación edilicia, que parta de la demolición de lo existente.

-¿Cómo define a Buenos Aires en relación con el grado de preservación de su patrimonio?

En el actual escenario, Buenos Aires parece descubrir su vocación turística y los edificios históricos representan un nicho novedoso en el cual invertir. En esa línea, es necesario saber cómo hacerlo para aprovechar al máximo el capital físico disponible. En la ciudad, cada vez tenemos más ejemplos de edificios rehabilitados y es indispensable desde el Estado apuntalar esos desarrollos.

Hoy contamos con dos herramientas de apoyo al cuidado de edificios catalogados: la exención del pago de la tasa de ABL y la compensación de la capacidad constructiva. Esta última fue aplicada con éxito para salvaguardar el Teatro del Picadero.

No obstante, podría pensarse en políticas que destinen una mínima parte de lo que recaudado a colaborar con los propietarios en la conservación del recurso patrimonial, dado que este acervo constituye uno de los principales motivos de atracción de los turistas que extranjeros que visitan la ciudad.

Yendo un poco más allá, los ciudadanos nos debemos un debate profundo sobre el modelo de ciudad que queremos para las próximas décadas, sobre la ciudad que esperamos legarle a nuestras futuras generaciones.

-¿Cuáles son los criterios a considerar para intervenir sobre el patrimonio edilicio?

En toda intervención es básico respetar la esencia del edificio. Tanto la restauración como la rehabilitación buscan salvaguardar una pieza histórica. Simplificando, la diferencia entre ambas operaciones está dada por el nivel de modificación de la situación de origen del edificio. La restauración es más medida que la rehabilitación. Sin embargo, ambas intervenciones se rigen por principios comunes.

Probablemente, en una rehabilitación se conservarán menos elementos originales, pero aquellos que se mantengan serán tratados con los mismos procedimientos y cuidados de una restauración. Y una restauración está regida por una serie de principios básicos, como son: el máximo respeto por las partes originales, la mínima intervención, la diferenciación de las partes intervenidas y la reversibilidad de las operaciones realizadas, entre otras.

Es importante subrayar que los límites del “patrimonio” dependen del grupo social que lo reivindica y lo sostiene como tal. Con lo cual, es probable que no todas las construcciones que existen puedan conservarse. Pero la selección de cuáles objetos hay que conservar y cuáles no debe responder a pautas ligadas a la historia y a la cultura del lugar.

-¿De qué modo debe articularse la presión inmobiliaria con la preservación edilicia?

La demanda del mercado de suelos tiende a poner en crisis a la arquitectura de valor patrimonial. En general, el problema está dado por el desfasaje que existe entre el universo de elementos arquitectónicos valiosos de una ciudad y el listado de los bienes protegidos, que suele ser relativamente pequeño y cuya identificación y catalogación requiere de un proceso lento y complejo, que entre tanto deja abierta la posibilidad de que se demuelan construcciones valiosas.

Con estas demoliciones se destruyen los ámbitos urbanos relevantes que aún subsisten. Cada vez quedan menos conjuntos relativamente homogéneos que dan cuenta historia en alguno de los momentos de su desarrollo. La pérdida es tan marcada que está generando la reacción de los ciudadanos que ven avasallado su entorno, su modo de vida y su memoria. En este marco, el desafío pasa por encontrar una nueva forma de planificar las ciudades que incluya, por ejemplo, la conservación del patrimonio arquitectónico y natural.

La conservación del patrimonio no está en contra de la planificación de la ciudad, es un aspecto de ella. Las restricciones al dominio que genera no son diferentes, en términos administrativos y legales, a las que establecen el resto de las normas de cualquier código. Se acepta que no se puede instalar una industria en una zona residencial, pero cuesta admitir que determinados edificios valiosos del pasado deban rehabilitarse y no demolerse. Hoy no se concibe el desarrollo de una ciudad que no sea sostenible y respetuosa de su ambiente.

-¿Qué retos profesionales debió afrontar en las intervenciones que le tocó actuar?

Hay cierta diferencia entre intervenir en edificios o conjuntos que siguen en uso de aquellos que no. Los que forman parte del segundo grupo, que suelen denominarse “ruinas”, al haber perdido parte de sus componentes, también dejaron de ser habitables. Se conservan en tanto testimonio histórico y pueden haberse convertido en un atractivo turístico. Este es el caso de los sitios prehispánicos como el Pucará de Tilcara (Jujuy) y de las Misiones Jesuíticas Guaraníes, como San Ignacio Miní (Misiones).

En estos proyectos el desafío, más allá de los aspectos físicos de la conservación de los materiales, pasa por compatibilizar la explotación turística del recurso con su salvaguardia. De no lograrlo, la sobrecarga o la falta de un adecuado manejo de los visitantes se convierten en factores de destrucción, a veces, muy importantes.

Por su parte, en los edificios “vivos” es necesario hacer adaptaciones y/o actualizaciones que den respuesta a los requerimientos contemporáneos de funcionamiento y de confort. Dentro de esta categoría de edificios hay también distintas situaciones. No es lo mismo recuperar una iglesia histórica, como Nuestra Señora de la Merced, que trabajar con una vivienda de fines del siglo XIX.

En la primera el acento está puesto en el rescate de todos aquellos elementos artísticos que la conforman (vitrales, retablos, pintura mural, pintura de caballete, etc.). En la vivienda hay que poner el peso en las adaptaciones tecnológicas y funcionales requeridas para que se cumpla con los requerimientos de uso actual, dando soluciones eficientes, pero que resulten de bajo impacto. Tampoco es lo mismo trabajar con edificios que con espacios abiertos, como El Rosedal de Palermo, donde la exposición a la intemperie, el potencial vandalismo de los visitantes y el mantenimiento son variables a considerar.

Hay que tener en cuenta que en este campo no hay recetas. Debe analizarse cada caso, partiendo siempre de un buen diagnóstico de situación. La suma de formación específica y experiencia es central a la hora de dar con las soluciones más convenientes. Y por último, es necesario destacar que los proyectos de intervención sobre el patrimonio cultural contienen siempre un nivel de complejidad que obliga a trabajar en equipos multidisciplinarios, cuya conformación esté en sintonía con las características del edificio a intervenir y de los problemas a solucionar.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Encuentro vecinal por la preservación del Patrimonio de Buenos Aires

Bajo la consigna "Defendamos Buenos Aires" y en concordancia con el mismo objetivo impulsado por la página web (www.enterabuenosaires.com.ar) que a partir de dicho lema, en apenas dos semanas lleva acumuladas más de 3000 adhesiones, el miércoles 19 de noviembre a las 18 hs. se realizará el Encuentro de vecinos por la preservación del patrimonio arquitectónico de Buenos Aires.
La cita, en la Legislatura –Perú 160, Salón Intersecretarías– tiene como objetivo impulsar los proyectos de ley vinculados a protección de edificios y áreas de protección histórica y los mecanismos para un marco legal sustentable, además de evaluar la vertiginosa "desaparición" de gran parte del adoquinado de las calles porteñas. A su vez, se busca promover por un año la prórroga de la Ley 2548 –vence en diciembre– que establece un mecanismo de Protección Especial de Patrimonio Arquitectónico para la ribera de la ciudad, impidiendo las demoliciones indiscriminadas.
La diputada Teresa de Anchorena (Coalición Cívica), Presidenta de la Comisión de Patrimonio Arquitectónico y Paisajístico de la Legislatura, encabezará un panel integrado por su Jefe de Asesores, Lic. Facundo de Almeida y colaboradores técnicos, a quienes se sumarán representantes de agrupaciones de vecinales: Santiago Pusso (Basta de Demoler), Patricia Barral (San Telmo Preserva), Mario Oybin (S.O.S. Caballito), Enrique Speranza (Asociación Comuna del Oeste - Floresta), Gustavo Desplats (Protocomuna Caballito), Ignacio Fusilier (Proteger Barracas), Carolina Maccione (Proteger Devoto), Monica Ruggiero (Asociación de Amigos de la Estación Coghlan), y Dora Young (Sociedad de Fomento de Belgrano).

domingo, 9 de noviembre de 2008

Una reunión por el patrimonio

Una reunión por el patrimonio

El petitorio para pasar tres leyes clave que frenen las demoliciones se presenta en una reunión de organizaciones vecinales el 19 y está ganando fuerza y doblando como foro para frenar la levantada de adoquines. Las peatonalizaciones siguen creando opositores donde no los había y coleccionando amparos y medidas judiciales.


Por Sergio Kiernan/M2- Página/12

Van diez días desde que se comenzaron a reunir firmas para pedir que se proteja el patrimonio porteño y ya van tres mil porteños que se sumaron. La idea central es que el patrimonio edificado no puede seguir con el régimen actual, en el que los edificios son catalogados de a uno, con doble lectura y meses de trabajo para cada caso. Es hora de tener un régimen general para toda la ciudad. La propuesta al gobierno porteño pide que se apruebe las leyes de 50 años y de Espacio Virtual que impulsa la diputada Teresa de Anchorena, y que se reglamente el régimen de penalidades que prepara la subsecretaria de Patrimonio Cultural Josefina Delgado.
La ley de 50 años simplemente invierte el proceso para la protección de edificios con cincuenta o más años. Con la ley, el que quiera demoler uno de ellos tendrá que hacer el trámite para desprotegerlo. Sin el trámite aprobado, no hay demolición ni obra nueva. La ley de espacio virtual permite a los que tengan su casa o edificio catalogados vender el potencial que no podrá ser construido por la catalogación. Así, el que viva en una casa de planta baja en una zona donde se pueden construir seis pisos podrá vender la diferencia con un instrumento legal. Esos metros servirán para pagar excepciones o para construir en otras zonas de la ciudad. El régimen de faltas que se demora en el Ejecutivo busca solucionar el estado de impotencia en que se encuentra la ciudad hoy a la hora de castigar a los que quiebran la ley. Por ejemplo, en el caso de la demolición ilegal de la casa de Bolívar e Independencia, que mostró que a la legislación actual le faltan dientes para morder.
Como lanzamiento oficial de la movida, el miércoles 19 a las 18 se va a realizar una reunión en la Legislatura. El Encuentro de Vecinos por la preservación del patrimonio arquitectónico de Buenos Aires será en el Salón Intersecretarías y agrega al temario del petitorio varios urgentes: que se dejen de levantar los adoquinados de la ciudad y que se prorrogue por un año la ley 2548, que vence en diciembre e impide las demoliciones en el perímetro del Paisaje Cultural.
En la reunión van a hablar varios protagonistas de la protección del patrimonio: la diputada Teresa de Anchorena (Coalición Cívica), que preside la Comisión de Patrimonio, su jefe de asesores Facundo de Almeida, Santiago Pusso de Basta de Demoler, Patricia Barral de San Telmo Preserva, Mario Oybin de S.O.S. Caballito, Enrique Speranza de Asociación Comuna del Oeste-Floresta, Gustavo Desplats de Protocomuna Caballito, Ignacio Fusilier de Proteger Barracas, Carolina Maccione de Proteger Devoto, Mónica Ruggiero de Asociación de Amigos de la Estación Coghlan y Dora Young de Sociedad de Fomento de Belgrano.
Para adherirse y firmar el petitorio hay dos maneras. Una es ir al sitio ww.enterabuenosaires.com.ar. La otra es entrar a Facebook y buscar Defendamos Buenos Aires (http://apps.facebook.com/causes /134455?recruiter_id=18832928). En ambos casos, están los textos completos de las leyes y una explicación sumaria de cómo funcionarían.
Más amparos
Mientras tanto, el Ministerio de Desarrollo Urbano, firme en su cruzada por crear opositores donde no los había, sigue coleccionando amparos contra su esdrújula repavimentación de Buenos Aires. La semana pasada había prosperado instantáneamente –en el día– uno para frenar la levantada de adoquines en la calle Ituzaingó de Barracas. Este miércoles, en menos de 24 horas, prosperó otro presentado por los vecinos de San Telmo junto a la diputada Anchorena para congelar todas las obras que impliquen levantar adoquines en el APH1 y en el Casco Histórico en general. La secretaría 10 del juzgado 5 de la Justicia porteña dictó una medida precautelar y pidió informes sobre este tipo de obras en el resto de la ciudad, con lo que mostró así que tiene mucho más contacto que Desarrollo Urbano con la manera de pensar de los vecinos.
Conjunto humano que, en el caso de San Telmo, no gana para sustos. Resulta que esta semana hubo un ballet de parquímetros en las calles del barrio, con la súbita aparición de varias de esas máquinas. Los vecinos llamaron al gobierno porteño, que de inmediato explicó que no, que no correspondía ponerlas por allí. Algunas máquinas fueron efectivamente removidas, pero en otras cuadras aparecieron otras, con lo que nadie entiende nada. ¿No era que había que retirar los parquímetros gradualmente de toda la ciudad?
Para mayor desconcierto aún, a alguna luminaria del Ministerio de Desarrollo Urbano se le ocurrió la bella idea de hacer una encuesta telefónica automática sobre la peatonalización de la calle Defensa. Los vecinos que recibieron la llamada se quedaron indignados por la avivada del publicitario del turno, que diseñó dos preguntas que terminan siendo “mucho” o “poquito”. Para contestar “nada” hay que apretar “no sabe”, con lo que el ministro Daniel Chain podría obtener una encuesta aparentemente favorable.
La única explicación para gastar dinero en estas tonteras es la impresión que se llevó Chain el viernes de la semana pasada, cuando se realizó la audiencia abierta con los vecinos de San Telmo sobre las obras de Defensa. Resulta que se anotaron setenta personas para hablar, lo que seguramente fue un record. Los vecinos escucharon pacientemente las explicaciones de una serie de ingenieros que mostraron power points sobre tránsito y ruido, y luego hablaron. Todos, absolutamente todos, en contra. Fue notable la cordialidad y paciencia con que les explicaron a los funcionarios su cerrada oposición al proyecto, sin levantar la voz y sin agitarse. A la hora de escuchar, el subsecretario de Planeamiento Héctor Lostri ya tenía la mirada vidriosa y parecía arrepentido de haber siquiera soñado con cambiar la calle Defensa, o al menos de haber ido a la audiencia.
Varios subordinados de Chain y Lostri que estaban presentes comentaron que los funcionarios estaban nerviosos al ir y esperaban “un mal momento”. Los de San Telmo, brillantes, se atuvieron al tema, rechazaron todo y se comportaron como si estuvieran en Westminster. ¿Para qué quieren Chain y Lostri una encuesta telefónica? La oposición al proyecto es palpable y abierta, y si tienen alguna duda no tienen más que ver cómo les va en las elecciones del año que viene en los barrios donde le inventaron grupos anti- al jefe de Gobierno. Seguramente les lloverán felicitaciones.
En el Segurola
Uno de estos barrios donde no existía mayor sentimiento anti-, ni siquiera una asamblea, es el Segurola, la región de Floresta rica en pasajes. Los vecinos se enteraron hace diez días de que el gobierno quería incluirlos en el plan Prioridad Peatón y peatonalizarles los pasajes. Como nadie les explicó nada, llamaron a una reunión en la placita Banderín para discutir qué hacer. Resulta que se presentaron más de 300 personas, todos flamantes opositores al gobierno porteño por temas de adoquín. Los vecinos le enviaron una nota a su CGP y al Ministerio de Desarrollo Urbano exigiendo explicaciones sobre el proyecto y citando a Chain y a Lostri a una reunión en el barrio para el lunes 10 a las 19. La nota es muy cortés y los vecinos prometen no maltratar a los funcionarios, pese a que se definen como “furiosos” con la iniciativa.
Mientras tanto, en Alcalá
El mes pasado anduvo de visita el alcalde de Alcalá de Henares, la histórica ciudad española que es tesoro de la humanidad. Gustavo Severien contó varias cosas sobre cómo se cuida el patrimonio en su ciudad, pero mencionó una que resonó en este contexto chainista. Resulta que entre 1985 y 1997, la ciudad decidió invertir 27 millones de euros en restaurar fachadas en la zona histórica. La plata cubría la mitad de las obras a realizar, y la otra mitad la cubrían los dueños de los edificios a restaurar con, si los necesitaban, créditos blandos. Así se restauró el equivalente a 340.000 metros cuadrados en alguito más de una década, lo que revalorizó barriadas históricas pero atorrantas de la ciudad y ayudó con la crisis habitacional.
Esto que resuena es, entre otras cosas, porque el presupuesto de peatonalizar Defensa es de 25 millones, casi exactamente la misma cifra pero en pesos. Si se hiciera lo que hizo Severien, San Telmo pasaría a ser un Casco Histórico ejemplar, asombroso, puesto en valor y restaurado como pocos. Y otra diferencia: el gobierno de Alcalá es popularísimo. Se ve que Severien no tiene ministros que trabajen para la oposición.
//

jueves, 30 de octubre de 2008

REPUDIO A LAS POLÍTICAS PATRIMONIALES Y DE MEDIO AMBIENTE DE LA CIUDAD

LOS BARRIOS POR EL PATRIMONIO
REPUDIO A LAS POLÍTICAS PATRIMONIALES Y DE MEDIO AMBIENTE DE LA CIUDAD
Será en el cierre de las "Jornadas Buenos Aires, Patrimonio Urbano". Organizadas por el Ministerio de Desarrollo Urbano en el San Martin.

Una red de organizaciones sociales se presentara mañana en sociedad entregando una primera versión de un documento que en los proximos dias sera presentado a Mauricio Macri y a los 60 legisladores porteños.
Con la firma de mas de 45 organizaciones de la Ciudad, entre las que se encuentran las que posicionaron la tematica patrimonial y medio ambiental en los ultimos años, y el apoyo de otras 15 de la provincia de Buenos Aires. El documento no solo rechaza las politicas de destrucción de la calidad de vida y del patrimonio de la Ciudad. Sino que también propone los requerimientos de los vecinos. Asimismo las agrupaciones solicitan respuestas concretas a este documento que sencillamente pregunta si estan defendiendo los intereses de la Ciudad y sus vecinos o los poderes concentrados de la especulación inmobiliaria. El anticipo del documento sera repartido en el cierre de las Jornadas de Patrimonio Urbano el jueves 30 de octubre a las 18,30 hs. en la sala C del Centro Cultural San Martín, Sarmiento 1551.
Mientras el Ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chaín, presentará el libro "Patrimonio Urbano y Normativa Local: La construcción de la Ciudad". Los vecinos presentaremos nuestra contra propuesta.
Lic. Gustavo Desplats 15-4163-5901 4903-7444
Proto Comuna Caballito
Dr. Pablo Guilmot 15-5982-2707
Palermo Despierta
DEMANDA
DE LOS VECINOS
DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
AL JEFE DE GOBIERNO
Y A LOS 60 LEGISLADORES

Vecinos de distintos barrios y organizaciones de la sociedad civil hemos decidido confluir en un espacio común de reclamo a las autoridades ante una problemática que se profundiza día a día en la Ciudad de Buenos Aires: construcción indiscriminada de edificios y torres, destrucción del patrimonio arquitectónico y falta de espacios verdes.

Hoy, el aumento de la construcción destroza nuestra ciudad como nunca antes. Su crecimiento asimétrico densifica de manera desmedida algunas zonas, mientras que en otras, la construcción es prácticamente nula. En los últimos 6 años el 48% del total construido en la Ciudad de Buenos Aires es vivienda “Premium” o “Lujosa” mientras que, según las estadísticas, menos del 20% de la población estaría en condiciones de adquirir ese tipo de inmuebles. En ese período se pidieron permisos de obras por más de 10 millones de metros cuadrados para una Ciudad que no modificó sustancialmente su población desde 1945, hace ya 63 años.

Paralelamente, más del 95% del patrimonio arquitectónico que aún conserva la Ciudad se encuentra desprotegido y en peligro inminente de demolición debido a la ausencia de políticas públicas que contemplen su protección. De esta forma, nuestro patrimonio urbano queda librado a la ley de la oferta y la demanda del mercado inmobiliario que lo reduce al irrisorio valor del lote que ocupa. Adoquinado, monumentos y mobiliario urbano suman a su falta de conservación obras de desmantelamiento inéditas producto de políticas erráticas e inconsultas, cuestionadas por vecinos y técnicos. Estas obras, aún en curso, han llegado a afectar el casco histórico de la Ciudad y repercuten negativamente en potenciales zonas de protección provocando un daño irreparable a su identidad.

Corresponde preguntarnos: ¿Todo esto es bueno para la Ciudad? ¿Es razonable demoler el tejido urbano existente para construir edificios? ¿Es válido forzar el desplazamiento de los vecinos del entorno barrial que eligieron, en muchos casos, durante toda su vida? ¿Corresponde que pueda demolerse cualquier construcción sin importar su valor patrimonial?

En resumen: ¿Es lógico construir en detrimento de sus vecinos, su calidad de vida y su historia? ¿Acaso nos preguntaron? ¿Para quién y para qué se construyó estos años? En barrios como Palermo y Caballito el monto necesario para el acceso a la vivienda se multiplicó por 8 en los últimos 6 años. Por su parte, el barrio de Barracas experimenta en 2008 la triplicación de la superficie autorizada para construir en altura respecto de 2007, ocasionando la pérdida irreparable de edificaciones de interés patrimonial y paulatinamente su carácter de barrio fundacional de la ciudad.

Lamentablemente, toda la problemática denunciada no aparece contemplada en el proyecto de Plan Urbano Ambiental(PUA), actualmente en tratamiento y discusión en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

¿Quién gana?

Lo claro es que quienes perdemos somos todos los vecinos.

RECHAZAMOS

1) La construcción indiscriminada de edificios y torres en barrios de casas bajas y en barrios de alta densidad de población porque afecta la identidad y la fisonomía barrial, genera el colapso de los servicios públicos y de la infraestructura, del tránsito automotor y peatonal, ocasiona contaminación visual y sonora, incrementa la impermeabilidad de los suelos agravando la magnitud de las inundaciones, vulnera el derecho a la privacidad y obstaculiza la luz solar a los linderos debido a las alturas importantes de los proyectos que finalmente restringen el acceso a bienes públicos básicos, con el consiguiente deterioro irreparable y progresivo de la calidad de vida de cientos de vecinos. En síntesis, porque los barrios residenciales dejan de ser tales para convertirse en áreas densamente pobladas y, de esta manera, zonas enteras de casas bajas con ricos y emblemáticos perfiles edilicios dejan de ser reconocibles viéndose alteradas por edificios en altura de dudoso valor arquitectónico que destruyen su identidad.

2) La destrucción y demolición de inmuebles públicos y privados con valor patrimonial, cultural e histórico porque forman parte del patrimonio arquitectónico de la Ciudad de Buenos Aires, les dan identidad a los barrios y a la Ciudad , manteniendo viva su evolución histórica.

3) La eliminación o alteración de bienes públicos urbanos distintivos de la Ciudad de Buenos aires, como su adoquinado histórico presente solamente en el 15% de su superficie.

4) La cesión o venta de espacios públicos para la concreción de proyectos inmobiliarios o para la construcción de establecimientos comerciales (shopings, estadios, centros de entretenimientos, etc.).

5) La escasa o nula participación vecinal en la definición y planificación de normas y políticas públicas que afectan directamente la fisonomía, identidad y patrimonio de nuestros barrios.

PROPONEMOS

1) La inmediata rezonificación de aquellas zonas de casas bajas y de alta densidad poblacional donde se están construyendo indiscriminadamente edificios y torres.

2) La inmediata catalogación legislativa de aquellos inmuebles que tienen valor patrimonial y la creación de Áreas de Protección Histórica (APH) y de Arquitectura Especial (AE) en las zonas que así lo requieran.

3) La simplificación y agilización de trámites y procesos normativos de catalogación edilicia a fin deponerlos al alcance de los vecinos y de sus asociaciones.

4) La sanción de leyes y normas reglamentarias que garanticen una protección preventiva de todos aquellos inmuebles de propiedad pública o privada cuya fecha de construcción o de registro sea de una antigüedad de cincuenta (50) años o más.

5) La inmediata sanción y promulgación del proyecto de ley que declara la Emergencia Urbano - Ambiental en la Ciudad de Buenos Aires, actualmente sin tratamiento en la Legislatura.

6) La transformación de la totalidad de la superficie de las tierras de dominio público existentes en espacios verdes de acceso libre con el objeto de cumplimentar la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que establece como óptima una superficie de 15 metros cuadrados de espacio verde por habitante; garantizando asimismo el cumplimiento de la Constitución Nacional y de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires para las personas que por necesidad se encontraren allí habitando.

7) La planificación consensuada entre el Gobierno Nacional, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, organizaciones sociales y vecinos sobre el destino de los espacios públicos existentes en la Capital Federal que al día de hoy se encuentran inutilizados.

8) Acceso público e ilimitado ala totalidad de la información relativa al otorgamiento de permisos de obra y/o permisos especiales de habilitación para determinados establecimientos comerciales.

Esperamos respuesta:

AMIGOS ESCUELA TALLER DE RESTAURACIÓN - ASAMBLEA PLAZA DORREGO SAN TELMO - ASOCIACIÓN VECINOS DE CABALLITO NORTE - ASOCIACIÓN VECINOS DE PLAZA LAS HERAS - CABALLITO UNIDO MEDIOAMBIENTAL - COMUNIDAD SOLIDARIA DE CABALLITO - COORDINADORA EN DEFENSA DEL USO PÚBLICO DE LAS TIERRAS Y LOS EX TALLERES FERROVIARIOS DE LINIERS -coordinadora liniers, mataderos, villa luro, versailles - HORNEROs FLORES - HUERTA ORGAZMICA DE CABALLITO - PALERMO DESPIERTA – PROTEGER BARRACAS - PROTO COMUNA CABALLITO –
QUEREMOS BUENOS AIRES – SALVAR A FLORESTA –
SOciedad de FOmento de PAlermo VIejo - Siguen las firmas.


Envio de correo SOLO a protocomunacaballito@yahoo.com
Blogs www.caballitocolapsa.blogspot.com
VIDEOS http://www.youtube.com/prensacaballito

MERECEMOS UN CABALLITO MEJOR
OTRA BUENOS AIRES ES POSIBLE
POR UNA ARGENTINA EN SERIO

lunes, 28 de julio de 2008

DENUNCIAS POR MALTRATO DE PATRIMONIO ARQUITECTONICO

Preservación del Patrimonio Arquitectónico de
Buenos Aires, la ciudad de Buenos Aires pone a disposición este link
para hacer las denuncias.

http://www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/patrimonio_historico_cultura
l/formulario_dano/index.php

Si usted considera que se le está haciendo un daño a un edificio de
valor patrimonial de la Ciudad, por favor complete el formulario
informándonos del hecho, a fin de que el Gobierno de la Ciudad pueda
actuar según cada caso.
En el cuerpo del mensaje, deberá incluir su DNI/CI, la dirección del
inmueble por el cual se contacta (calle y número) y el hecho que avisa
(demolición, modificación, etc.). Utilice el mismo formulario si desea
realizar consultas sobre protección patrimonial.
Sólo serán considerados aquellos formularios cuyos datos estén
completos.

vISITA AL Museo de Medicina del hospital Rivadavia

Te invitamos a caminar por los jardines, la capilla y túneles subterráneos del Hospital Rivadavia.

Con un guía especializado vas a conocer el Museo de Medicina del hospital, único en Latinoamérica

Historia pura al alcance de tus manos.

Este sábado 2 de agosto, 15:00hs, en Av. Las Heras 2670 - Garita de entrada de autos.

viernes, 4 de julio de 2008

SOS VILLA URQUIZA

VILLA URQUIZA NO PARA DE QUEDARSE HUÉRFANA DE SU PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO. DESCUBRIMOS ESTAS TRES CASAS A PUNTO DE DESAPARECER:
ANDONAEGUI 2059
BURELA 2300 ENTRE MONROE Y BLANCO ENCALADA
CERETTI 2300 MONROE Y BLANCO ENCALADA











































viernes, 16 de mayo de 2008

DEMOLICIÓN CLANDESTINA EN SAN TELMO

Convocamos a vecinos e instituciones comprometidas con la defensa del patrimonio cultural de Buenos Aires

el domingo 18 de mayo a las 17 hs.
en Av. Independencia esq. Bolívar

En el encuentro haremos pública nuestra indignación por la demolición de la residencia Benoit y el mural 'Carnavales de antaño', ubicados en plena Área de Protección Histórica (San Telmo).

Los autores del mural demolido reproducirán el mismo sobre el pavimento de la Av. Independencia y, como forma de evocar su contenido, las 'Lonjas de San Telmo' harán una 'llamada' de candombe tradicional.

Residencia Benoit. Típica vivienda representativa del histórico barrio de San Telmo, fue construida a fines del S. XIX. Había sido propiedad de Pedro Benoit, quien diagramó la ciudad de La Plata, y estaba protegida con catalogación que prohibía su demolición (PROTECCION CAUTELAR – SECCIÓN Nº 10 15 DISTRITO APH1-SAN TELMO- Bolívar 775-77-85-87) Mural 'Carnavales de antaño'. Autor: Grupo Muralista del Oeste, integrado por Mónica Rojas, Marta Caveri, Emilio Reato y Jorge Ledesma, ganadores del concurso convocado por la Subsecretaría de la Juventud de la comuna porteña; se puede encontrar en el catálogo de murales destacados de la Ciudad.
www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/murales/fichas/avindependencia501.htm

BASTA DE DEMOLER
EL PATRIMONIO CULTURAL DE BUENOS AIRES
http://www.basta-de-demoler.blogspot.com
***********************************************************************************************************


Proteger Barracas adhiere
http://www.protegerbarracas.blogspot.com
Por la conservación del patrimonio arquitectónico y la calidad de vida de nuestro barrio

martes, 22 de abril de 2008

Quieren tirar abajo un palacio francés en pleno centro

Amenaza al patrimonio porteño Demoliendo hoteles

Quieren tirar abajo un palacio francés en pleno centro. Mientras el Gobierno de la Ciudad averigua si está protegido por ley, la empresa sigue con sus tareas de vaciamiento.

Fernanda Nicolini 21.04.2008 (Diario Crítica)

Salven al Metropol.

La fachada derruida de lo que fue alguna vez el elegante hotel de Bartolomé Mitre al 1600.
A la izquierda, la reproducción de la página web en la que se anuncia con cierto cinismo el derrumbe del edificio. “Extraordinaria demolición Palacio Francés”, dice y enumera sus virtudes: escalones de mármol de Carrara, puerta principal de roble y espectacular trabajo de hierro forjado.El sábado pasado un flete se estacionó frente al palacete ubicado en Mitre 1618, un grupo de hombres entró al edificio y a los pocos minutos ya habían cargado puertas, sanitarios y rejas, entre otras cosas, en la camioneta. Era parte del mobiliario del ex Hotel Metropol, construido en 1901 por el arquitecto alemán Lorenzo Siegerist y protegido por la ley 2548 de Promoción Especial del Patrimonio Arquitectónico. Curiosamente, la misma empresa encargada de vender los materiales de demolición (llamada De ayer y de siempre), a la par que anunciaba la destrucción del Metropol en su newsletter, hacía hincapié en el valor histórico del edificio: “Extraordinaria demolición de un tradicional palacete que durante un tiempo fue un lujoso hotel. Típico representativo del estilo francés, cuenta con materiales de extraordinaria calidad, donde se destacan su puerta principal de roble, su escalera de mármol de Carrara con espectacular trabajo en hierro forjado y hermosos balustres de madera, y sus delicados pisos de mosaiquín francés”. El texto completo se puede ver en http://deayerydesiempre.fribits.com/Newsletters/20080408_SP.html. Los vecinos alertaron tanto a la Comisión de Patrimonio de la Legislatura como a la Dirección de Patrimonio Cultural del Gobierno de la Ciudad, organismos que a su vez denunciaron la supuesta demolición en la Dirección General de Registro de Obras y Catastro (DGROC), la que deberá determinar en los próximos días si la anunciada demolición es ilegal –es decir, si no tiene persmiso– y, en tal caso, frenarla de inmediato. “Nos llegan muchísimas denuncias de personas que ven edificios en riesgo de demolición, lo que significa que los ciudadanos están interesados en el tema”, dice Teresa de Anchonera, presidenta de la Comisión de Patrimonio Arquitectónico de la Legislatura porteña. Entre los vecinos más activos se encuentra Santiago Pusso, miembro de la agrupación Basta de demoler. En marzo de 2007, Pusso armó una mesa en la vereda de un pequeño petit hotel ubicado en Uriburu al 1500 y se sentó a tomar el té como un gesto de repudio por la demolición del edificio. La elegante acción no logró frenar las piquetas, pero al mes siguiente la agrupación presentó un recurso de amparo para que se detuviera la destrucción de otro inmueble: el Palacio Bemberg, una casona de cuatro pisos de estilo europeo en la que vivieron la directora María Luisa Bemberg y su familia. Y esta vez lograron que un juez frenara la demolición. Según un datos de la inmobiliaria Israstzoff, entre agosto de 2005 y agosto de 2006 se tiraron abajo una docena de petits hoteles, y de acuerdo con un relevamiento de Basta de demoler, en este momento hay más de 250 edificios valiosos en peligro. “Hoy se puede demoler lo que sea excepto que esté particularmente protegido, cuando lo ideal sería una ley que establezca la regla inversa”, opina Pusso. En diciembre pasado, la Legislatura aprobó una norma de protección: la ley 2548, que determina que los 2.665 edificios representativos que ya integraban un listado del Ministerio de Cultura, más los que recibieron premios por sus fachadas y los que fueron construidos antes de 1941 e integran un área de protección histórica a lo largo de la costa del Río de la Plata, no pueden ser demolidos ni modificados sin autorización previa. La ley no es una solución definitiva sino simplemente de emergencia: caduca a fin de año. Pero se complementa con el mecanismo de catalogación previsto en el Código de Planeamiento Urbano. Cualquier vecino, organización, el dueño del inmueble o los organismos oficiales puede solicitar que un edificio sea catalogado, y un consejo de expertos determina si tiene que ser protegido o no, según los parámetros establecidos por el Código: las características arquitectónicas, la importancia del edificio en relación a otras construcciones –si forma parte, por ejemplo, de un conjunto arquitectónico– y la importancia por haber sido sede de algún hecho relevante. ¿Por qué proteger? Según el arquitecto Marcelo Magadán, especialista en conservación, preguntarse si hay que proteger o no el patrimonio arquitectónico de una ciudad es una discusión superada en casi todo el mundo: se sabe que los edificios encierran valores históricos, estéticos y de identidad de una población. “Pero por sobre todo, reportan un valor económico porque la arquitectura es uno de los principales recursos turísticos de Buenos Aires”, remarca. El avance de la urbanización no es un dato menor para este arquitecto, quien también plantea la necesidad de aclarar que proteger un edifico no implica inutilizarlo sino, por el contrario, adaptarlo a las necesidades contemporáneas. “Un buen ejemplo es el caso de las Galerías Pacífico, donde se consensuó con la Comisión Nacional de Museos y Monumentos para que no se perdiera la esencia del edificio”, dice el especialista. En el Código de Planeamiento Urbano se alienta la demolición para construir edificios en altura, por lo que el precio de ciertos terrenos estratégicamente ubicados está en constante aumento. De ahí que para los dueños de casonas y edificios antiguos, la protección sea, en apariencia, un mal negocio. Ese tema se resolvería con un mecanismo de compensación, a partir de un concepto que un proyecto de ley en la Legislatura intenta aplicar: la posibilidad de vender el FOT (el número de metros que se permite construir en un terreno) que no se usa. Esto es: si en la zona donde se encuentra la casa protegida se podría construir seis veces por encima de ella, el dueño tendría la posibilidad de venderle esa diferencia a alguna empresa que vaya a construir en otra parte de la ciudad para que, por excepción, la constructora pueda aumentar la cantidad de pisos admitidos. Precisamente es una de las compensaciones que prevén las leyes de San Pablo y Nueva York. “La idea es que la protección del patrimonio sea sustentable: nadie quiere que todo se convierta en un museo sino que empecemos a entender que un edificio antiguo es un valor económico del que los mismos propietarios pueden sacar beneficio. Nadie quiere inflexibilidad, sino medidas lógicas para todos”, concluye Anchorena.

Por favor difundir este video de la destrucción del Hotel Metropol.

http://es.youtube.com/watch?v=E-oz2CL31gE

jueves, 27 de marzo de 2008

S.O.S / PROTEGER BARRACAS

Los amigos de Proteger Barrracas nos dicen que EL TIEMPO NO PARA.

Y cuando una tendencia se acentúa, el tiempo parecería transcurrir más rápidamente aún. Hace apenas quince días se publicaba un informe de situación de riesgo en una zona de Barracas y hoy lamentablemente es necesaria una actualización ya que dos nuevos casos de demolición de casa por edificio en altura han aparecido la semana pasada.

Leer más pulsando aquí: http://www.protegerbarracas.blogspot.com

Por la conservación del patrimonio arquitectónico y la calidad de vida de los vecinos

lunes, 3 de marzo de 2008

Una demolición entre negocios inmobiliarios y maniobras políticas

A medio demoler, la casona histórica de Tigre no tendrá protección de la Justicia: la jueza rechazó el amparo con una llamativa falta de ideas. El gobierno local sigue en la pasividad y los vecinos se movilizan para insistir en la pelea.

Por Sergio Kiernan / Sección M2 Página /12 . 01-03-2008

No fue una sorpresa, porque en todo momento se percibió que la jueza Sara Nasif no entendía en absoluto del tema. Su Tribunal del Trabajo Nº 3 de San Isidro rechazó esta semana el amparo presentado por los jóvenes integrantes de No a la Demolición para frenar la destrucción de la Casa Cobo en Tigre. Según abogados que se leyeron el fallo, la doctora Nasif no parece muy acostumbrada a manejar amparos: sus considerandos son anticuados y no tienen en cuenta doctrinas que ya llevan años instaladas. Su sensibilidad hacia el tema patrimonial parece más baja aun que la del gobierno municipal de Tigre, que sólo puede ver el “lado infracción” de la destrucción de la casa y se pierde su dimensión política. Los vecinos ya apelaron el fallo, llamaron a asamblea y comienzan a movilizarse para defender sus tesoros edificados en la única arena en la que es posible hacerlo.

La Casa Cobo era una casona italianizante, magnífica y aplomada que se alzaba hasta este mes en la esquina de San Martín y el río, justo cruzando el puente desde la estación de trenes del Tigre y en el arranque de la linda avenida de palmeras que se va adentrando. La casona supo ocupar sus buenas hectáreas, fue protegida como patrimonio y fue desprotegida por ese amigo del “desarrollo” que fue el interminable intendente Ricardo Ubieto. Lo primero que pasó fue que perdió casi toda su tierra para crear dos manzanas de dúplex y casas a las que Ubieto les regaló calles y una rotonda verde. La casa siguió malviviendo en la esquina, todavía dueña de un tentador lote, deteriorada y por costumbre todavía conocida como el Tigre Club.

Luego, como suele suceder, alguien tuvo una idea. En este caso, la de hacer un hotel en esa región del norte porteño que explotó junto a la ola turística. Pero no iba a ser una idea elegante y boutique, como la bella y muy bien restaurada Villa Julia, ahora exitoso hotel, sino crasa, grandota y con una bobería que parece una burla. La idea era demoler la Casa Cobo y construir en su lugar una copia del Tigre Hotel que se quemó hace añares. Esto es, destruir una pieza patrimonial real para reemplazarla por una falsificada.

Para entender semejante pastiche hay que tomarlo en su contexto político. El actual gobierno de Tigre, con Sergio Massa al frente y con el sello del Frente para la Victoria, asumió a fin de año, hace unos sesenta días. El año largo antes de eso gobernó el partido Hiram Gualdoni, que era presidente del Concejo Deliberante y reemplazó a Ubieto primero por enfermedad y luego por su fallecimiento. Antes, por supuesto, gobernaba Ubieto.

Entre estos dos intendentes se armó el negocio en un espacio urbano que se comenzaba a puntuar de torres feotas y enormes, con demoliciones indiscriminadas. Para pensar siquiera en hacer un Howard Johnson en la esquina de la Casa Cobo había que tener buenos contactos políticos porque el proyecto no cierra legalmente por ningún lado. Para empezar, el terreno está en una zona donde se prohíben los hoteles. Para continuar, ocupa una proporción del terreno imposible de aprobar. Construir ese proyecto de hotel en ese lugar implicaba de movida lograr que el Concejo Deliberante aprobara dos excepciones al código.

Como los dueños del terreno son empresarios con viejos laureles de la renovación radical y el gerente de Howard Johnson es el ex concejal porteño Alberto Albamonte, se puede asumir que todas las partes sabían bien cómo se logran las excepciones. Massa, cumpliendo una promesa de campaña, decretó este verano un fuerte límite a las alturas constructivas, con lo que los socios tendrían que lograr ahora tres excepciones a las reglas.

Como se sabe, todo es posible en esta vida si hay gente bien dispuesta. El ex intendente interino Hiram Gualdoni es arquitecto y tiene un estudio con otros dos funcionarios. Uno es Guillermo Zwanck, también arquitecto, que fue subsecretario de Obras Públicas y de Desarrollo Urbano y Política Ambiental en las dos últimas gestiones (la de Ubieto y la de su socio). El tercer socio en el estudio sigue siendo funcionario: es Pablo Ricca, director general de Aplicación de Códigos de Zonificación, que ya va por su tercer intendente y viene a ser la persona que debe hacer cumplir el código a los del Howard Johnson. Esta sociedad comercial con sede en la avenida Libertador al 900, en San Fernando, ya funcionaba en tiempos en que los tres eran funcionarios.

Es este nivel de la política lo único que explica que gente grande se juegue millones en un proyecto tan esdrújulo en lo legal. Y también explica el gran misterio de que se largaran a demoler la Casa Cobo en plena luz del día, sin permiso municipal y sin siquiera pedirlo. O hay que llamar a un psiquiatra, o los socios saben algo que nosotros no sabemos.

Todo esto hubiera pasado sin pena, sin gloria y sin que nadie se enterara si no fuera porque el patrimonio se transformó en un tema de la agenda política. Esto ocurrió súbitamente el año pasado y en pleno centro de la Capital, y está tomando por sorpresa a los políticos, que no muestran reflejos. En Tigre arrancó a fin de año, con un grupo de muy jóvenes estudiantes que se movilizaron, juntaron firmas, encontraron eco en los vecinos y terminaron con el nombre de No a la Demolición, apoyados por legisladores bonaerenses y porteños, y por grupos como Basta de Demoler, que les contaron cómo se logró frenar un poco la piqueta en esta ciudad.

Fueron estos veinteañeros los que evitaron la demolición poniendo el cuerpo, literalmente. Cuando la jueza Nasif intentó hacerse famosa diciendo que no corría prisa para sancionar el amparo pedido porque no veía el menor apuro –un verdadero cerebro legal–, la empresa inmediatamente llevó una inmensa máquina de demoliciones, de esas que parecen una grúa con una gran bola colgando de una cadena, y empezó a pegarle a la Casa Cobo. La municipalidad ni se enteró, la jueza llegó pasado el mediodía frente a los insistentes llamados de los medios y de la diputada bonaerense Liliana Piani y de la porteña Teresa de Anchorena, y la casona fue demolida a medias porque algunos de los vecinos se interpusieron físicamente entre sus muros y la maquinota. La jueza Nasif –que según su secretario nunca trabaja pasadas las 13.30– clausuró la obra con el simple expediente de pedir el permiso de demolición, que no tenían porque nunca había sido pedido.

La casa quedó toda rota, los vecinos enojados, el gobierno municipal en falsa escuadra. En diálogo con Página/12, el secretario de Inversión Pública, Urbanismo y Gestión Ambiental de Tigre Antonio Grandoni explicó simplemente que nadie se esperaba que los inversores quebraran la ley con semejante osadía. Grandoni, que no sabía que su director general Ricca es socio comercial de Gualdoni y Zwanck, se refugió en la multa de 150.000 pesos que les impusieron a los demoledores y prometió que nunca se harán las excepciones al Código para poder construir ese proyecto de Howard Johnson. Aunque, con tino, aclaró que el FPV no tiene mayoría propia en el Concejo Deliberante, que sigue controlado por el viejo partido vecinalista de Ubieto.

Mientras tanto, la jueza Nasif le pedía un peritaje de la maltratada Casa Cobo a la municipalidad de Tigre, que con espectacular falta de modales se lo encargaba nada menos que al arquitecto Ricca. La jueza se negó a nombrar un perito independiente que determinara si la casa tenía salvación y la trató como una ruina en peligro, como si mágicamente hubiera sido encontrada en ese estado y fuera riesgosa para los vecinos. Ricca, nada sorprendentemente, recomendó tirarla abajo, afirmando que había que apuntalarla y cercarla para que no fuera peligrosa, pero había que terminar de destruirla más temprano que tarde. Esto, en castellano, es sancionar el hecho consumado.

Los dueños del predio levantaron una empalizada más alta y la coronaron con un media sombra, cosa de ocultar el cuerpo del delito, lo que despertó rumores de inminente destrucción de la casa en todo el barrio. La jueza coronó su actuación en el caso con su fallo de esta semana rechazando finalmente el amparo que llama la atención por su pobreza de argumentos. Primero, dice que no hay una norma específica que proteja la casa, ya que las que había –ordenanzas 117 de 1979 y 30 de 1980– fueron derogadas por la 1894 de 1996. Con esto, descarta los fallos porteños que le acercaron y que explican la nueva jurisprudencia, donde un bien en proceso de catalogación no puede ser alterado o demolido hasta que el Legislativo decida por sí o por no. La Casa Cobo es sujeto de un proyecto de catalogación en la legislatura bonaerense que ya tiene estado legislativo.
Conservadora, Nasif afirma que no se pueden hacer amparos porque sí, por cualquier causa, y hasta muestra fastidio porque los amparistas no siguieron los plazos judiciales, presentándolo por lo menos treinta días antes del hecho en sí. Además de que no hay manera de saber cuándo se va a cometer una demolición, hace años ya que los amparos son por cualquier causa, no tienen plazo y no necesitan ser el único recurso disponible para el que lo pide.

La impresión es que la letrada quería sacarse el tema de encima: no abre prueba y le arroja toda la responsabilidad a la municipalidad de Tigre, diciendo que no había faja de clausura de la obra, que faltó a su deber de contralor y vigilancia, y que la demolición fue hecha a metros del Palacio Municipal y justo enfrente de una dependencia del mismo ministerio que debe velar por estas cosas. Todo muy cierto –en la dependencia en cuestión, que se encarga de espacios verdes, evidentemente son ciegos y sordos, y no tienen teléfono para avisar–, pero no exime a la jueza de lo que termina siendo un pase para sacarse el caso de encima.

Los vecinos ya apelaron ante la cámara en lo contencioso, que tal vez tenga más cintura para tratar un tema novedoso. En la apelación se reiteran los argumentos históricos, el estado legislativo de la protección de la casa y la negativa incomprensible de la jueza Nasif a nombrar un perito independiente. Más prácticamente, los vecinos ya llamaron a asamblea y preparan una mateada de apoyo a la Casa Cobo para hoy. El gobierno de Massa no tomó ninguna medida todavía y la comisión creada para estudiar la protección de 45 edificios todavía ni siquiera se reunió.

Lo curioso es que Massa levantó en las elecciones el tema de limitar la especulación inmobiliaria y cumplió con su promesa de limitar las alturas de inmediato, por decreto, sin esperar siquiera que se reúna el concejo local. Pero en este tema patrimonial su gobierno sufre de una curiosa parálisis y falta de energía. Este negocio politizado no fue armado durante su novísima gestión y el tema patrimonial es una nueva bandera que espera liderazgo, o por lo menos un oído amigo. Mauricio Macri demostró con el tema del colegio de La Salle que ya lo entendió.
//

CATALOGARAN LA SADE!!

Laura Navarro, miembro de Basta de Demoler, días atrás gestionó el pedido de catalogación de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores) y en el día de ayer trascendió la noticia de que la Subsecretaría de Patrimonio porteña, a cargo de Josefina Delgado
ya inició el proceso para catalogar el edificio ubicado en Uruguay 1371.

Esta noticia cobra relevancia si se tiene en cuenta la disputa interna de la SADE, en su última asamblea, en la que trascendió que la Comisión directiva tendría intenciones de vender el edificio a una constructora.

Gran parte de los escritores se opone a la venta y distribuyeron volantes con la leyenda "Esta casa es nuestra; es de los escritores. No se vende." La escritora y editora de Carillón Ediciones, Nélida Pessagno, dijo: "Nuestro único objetivo es salvar la casa porque si desaparece, también desaparecerá la SADE. Para ello estamos dando pasos para obtener la catalogación del edificio.
Dentro de este marco de disputas, la noticia de hoy es que la catalogación ha comenzado y si bien no impide la venta del inmueble, lo protege de demolición.
El edificio es un bello exponente de cinco plantas construido a comienzos del siglo XX.
Allí funciona la SEDE CENTRAL NACIONAL, la Librería del Escritor Argentino, el restaurante y el Café Literario y las oficinas de la ¨Fundación Cultural S.A.D.

viernes, 14 de diciembre de 2007

La Justicia detiene la demolición del teatro del Picadero

LA NACION LINE, 11 DIC 2007
La Justicia detiene la demolición del teatro del Picadero
Es una medida cautelar a raíz de un amparo presentado por una ONG
Martes 11 de diciembre de 2007 | 11:12 (hace 4 horas 30 minutos)

(Télam).- La justicia porteña ordenó la suspensión de la demolición del teatro del Picadero, cercano a Corrientes y Callao, tras la defensa del edificio que data de 1926 que iniciaron vecinos, autores y actores.La medida cautelar fue dictada por el Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario 12 en respuesta al amparo presentado por la organización vecinal Basta de Demoler ante la inminente desaparición del teatro ubicado en el pasaje Enrique Santos Discépolo para transformarse en oficinas. "Se ordena al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que adopte las medidas necesarias para suspender o, en su caso, impedir las tareas de demolición del inmueble sito en Pasaje Enrique Santos Discépolo 1847", fija el fallo judicial. La posibilidad de que el edificio, de alto valor patrimonial, fuera demolido fue repudiada, además, por los vecinos, junto a actores, autores y dramaturgos el viernes último durante una protesta frente al lugar. Este edificio se inauguró como teatro del Picadero en 1980 en las instalaciones de una antigua fábrica de bujías, diseñado en 1926 por el arquitecto Benjamín Pedrotti. Por allí, en el marco del ciclo Teatro Abierto y en plena dictudura militar se exhibieron obras de Aída Bortnik, Tito Cossa, Griselda Gambaro, Carlos Gorostiza, Eduardo Pavlovsky y Osvaldo Dragún, entre otros dramaturgos. Sin embargo, el espacio cultural que había surgido como una muestra del teatro argentino, sufrió un atentado durante el gobierno de Roberto Viola con bombas incendiarias que destruyeron por completo la sala. "Un edificio de oficinas sería como una sentencia de muerte para el pasaje: allí debería promoverse la vida cultural nocturna a través de la rehabilitación del Picadero y comercios relacionados con la cultura y gastronomía", aseguró Santiago Pusso, de Basta de Demoler.

Primeros pedidos de catalogación

Patrimonio

Primeros pedidos

Ya comenzaron a llegar los pedidos de catalogación de los vecinos al gobierno porteño, con copia a la Legislatura. El arranque de una movilización que puede salvar muchos edificios.

Subnotas


Por Sergio Kiernan

La casilla de este suplemento dedicada a recibir pedidos de catalogación –catalogar@pagina12.com.ar– estuvo muy activa. Los lectores sacaron sus cámaras o abrieron sus archivos y comenzaron a enviar fotos y direcciones, con comentarios inteligentes sobre el valor de los edificios que proponen catalogar y proteger. Algunos enviaron exactamente la información que se necesita para pedir la catalogación formal –foto, dirección exacta con los números de cada puerta, unas líneas sobre el valor del bien a proteger– mientras que otros enviaron la altura en la calle. Hubo quien no entendió muy bien la consigna y mandó su álbum de fotos con comentarios que compartimos pero que en este momento caen cortos. La idea es exigirle al gobierno porteño que catalogue los edificios, no lamentarnos por la calidad de los que se perderán. Con un poco de fuerza, en este momento político no se van a perder.

Pozos 33, la esquina grande de Jean Jaurès 422/426 y Marcelo T. de Alvear 1582

El lector Mauro Sbarbati se lució con sus impecables pedidos. Sbarbati no es arquitecto pero tiene buen ojo y envió una larga lista de edificios realmente valiosos a la Legislatura, a Cultura y a Planeamiento de la ciudad. Sus pedidos incluyen Lavalle 2688, Sáenz Peña 175, Maipú y Paraguay, Marcelo T. de Alvear 1582, Combate de los Pozos 33, Esmeralda 564, Jean Jaurès 356/368 y 422/426, Junín 561, Julián Alvarez 1946, Julián Alvarez entre el 1965 y el 1977 (el frente está tapiado y no se puede ver la dirección exacta), Anchorena 1374 y Coronel Díaz 1886.

Una cosa inteligente de esta lista es que todos estos edificios están en particular situación de riesgo, tapiados, abandonados, en muy mal estado o ya rodeados de edificios altos, todos factores que le suben el valor a la tierra a costa de lo construido. Por ahí hay que empezar, por las taperas en riesgo, no sólo para salvarlas como edificio sino para enviar una clara señal ciudadana a los especuladores inmobiliarios. En este fin de año se rezonificaron varios barrios de la ciudad, bajando las alturas y matando las torres, y se sancionó una emergencia patrimonial en todo menos en nombre que incluye la ribera porteña y la lista de 2700 edificios representativos que la misma ciudad compiló. Todo esto ocurrió porque el tema urbano y patrimonial se politizó al fin, con vecinos organizados y exigiendo medidas concretas. Los legisladores porteños reaccionaron y pasaron las leyes que se les pedían.

Jean Jaurès 356/368, Lavalle 2688, Sáenz Peña 175 y Maipú y Paraguay.

Hay que seguir en ese camino exigiendo catalogaciones. La manera de hacerlo es sacando una foto y mandándola por mail con unas líneas explicando el valor del edificio y dando la dirección exacta de cada puerta del edificio, local incluido (un ejemplo es Lavalle 1526/28/30, para un PH que tenga dos puertas y un local). No hace falta, ni remotamente, ser arquitecto o entendido en esas cosas para contar por qué el edificio es valioso como para preservar. Es el gobierno porteño el que tiene que escribir un informe técnico, un relevamiento, y no los vecinos.

Ese mail sucinto, con foto y direcciones exactas se envía a: dgp_sc@buenosaires.gov.ar (la Dirección General de Patrimonio del Ministerio de Cultura) y a supervision_spu@buenosaires.gov.ar (la Subsecretaría de Planeamiento Urbano del Ministerio de Planeamiento). Estas dos dependencias del Ejecutivo porteño tienen el deber de llevar a cabo los relevamientos y enviar la catalogación a la Legislatura. Por las dudas, conviene copiar el pedido a la Comisión de Patrimonio del legislativo, en la dirección que abrieron especialmente en proteccionpatrimonial@legislatura.gov.ar. Y también a este suplemento, para darlo a publicidad.

Chau a la calle Membrillar

M2, pagina12, ba, 8 dic 2007

Chau a la calle Membrillar

Final del formulario

Ya es oficial: la casona de la calle Membrillar será demolida. La ley que el militante católico disfrazado de legislador del PRO Santiago de Estrada logró aprobar fue publicada en el Boletín Oficial porteño. Miguel “Pancho” Talento, pese a ser kirchnerista, firmó el despacho y apoyó porque tiene una obediencia debida superior a la política: se lo pidió su señora mamá, que es parroquiana de la iglesia de Flores, propietaria y demoledora clandestina del edificio. El jefe de Gobierno porteño Jorge Telerman terminó su gestión con una arrugada típica y no vetó el bodrio que le encajó De Estrada, como hizo en primera vuelta. Es que esta vez el cardenal porteño Jorge Bergoglio tomó el teléfono y llamó a los diputados para que le voten la ley. Telerman arruga pero no es zonzo –en rigor es un virtuoso del cuerpeo de problemas– y ni remotamente pensó en vetar por segunda vez.

Membrillar aloja en su primera cuadra, a metros de Rivadavia, lo que queda de la casa Piana, sede del viejo café La Subasta. La casa estaba protegida por ley como parte de la APH de Flores. El 20 de septiembre de 2003, la iglesia de Flores, que la heredó, comenzó a demolerla de noche, a escondidas, sin cartel ni permiso. Los vecinos se levantaron ese domingo y la encontraron rota y sin techos, pero lograron frenar la piqueta ilegal. El tema fue a juicio y la parroquia de Flores se encontró en un brete, ya que no había manera de ganarlo y el castigo de la débil ley patrimonial es económico: sólo se puede construir una fracción de lo destruido. Allí fue que la curia llamó a su fiel militante, De Estrada.

El legislador inventó de inmediato el proyecto de descatalogar retrospectivamente el edificio, un pastiche legal que a alguien que comenzó su carrera en el primer gabinete –el “gobierno cursillista”– de Onganía le debe parecer de lo más natural. El bodrio era tal que Telerman lo vetó este año, pero De Estrada insistió. Como la cosa no era fácil, Bergoglio en persona comenzó a llamar a legisladores, una gaffe francamente sorprendente en alguien tan hábil en lo político como el cardenal.

Al final, por un terreno en Flores terminó pegado el jefe de la Iglesia Católica Argentina. Suena a mucho: seguramente De Estrada no debe haber recibido felicitaciones demasiado calurosas de su cardenal y referente. El bochorno y la demostración de poder de De Estrada –un hombre de un orgullo luciferino– les costó a los porteños un edificio histórico.

Un bar histórico puede desaparecer


En Floresta funcionaba el histórico bar "El Arbolito". Desde el año 2005 los vecinos realizaron distintas gestiones en el Gobierno de Dirección General de Parimonio de la Ciudad para que el edificio sea protegido. Eugenio S

ampaolo Gutierrez mandó la foto y explica:

"Todavía no hemos recibido respuesta. El edificio se encuentra en riesgo de desaparecer por un emprendimiento que desconocemos, pero que pensamos no integrar. Es lamentable que los barrios alejados del centro de la

ciudad tengan que resignarse a perder su historia, nuestra historia...y todo por el mal desempeño de los funcionarios que no hacen su trabajo."



--


Asumamos el compromiso con el cuidado del MEDIO AMBIENTE.


jueves, 15 de noviembre de 2007

MOVIDA EMERGENCIA BUENOS AIRES

En el marco una ciudad a merced de los vaivenes del mercado inmobiliario sin control, las demandas de los ciudadanos emergen exigiendo medidas eficaces de protección del patrimonio arquitectónico.

Emergencia Buenos Aires tiene como objeto lograr un marco legal eficiente para su conservación y preservación, que articule el interés público con los intereses económicos particulares.

El Grupo Basta de Demoler organiza una nueva acción en pos de la protección del patrimonio arquitectónico, el Domingo 18 de Noviembre a las 19:30 hrs. en Arenales y Montevideo sobre la Plaza Vicente López. Sumándose a la lucha por la conservación del patrimonio y las identidades de los barrios porteños Antonio Birabent presentará canciones de su último disco Demoliciones, un disco que habla del rescate de la identidad y la memoria, de la lucha contra el progreso salvaje y brutal. La proyección simultanea de los artistas audiovisuales Leonello Zambón y Sergio Schmidt trabajará sobre estas problemáticas urbanas.

Pieza fundamental por sus cualidades intrínsecas y urbanísticas, la demolición de Montevideo 1250 fue recientemente detenida mediante la acción de Basta de Demoler.

Leonello Zambon trabaja en estructuras audiovisuales a partir de la repetición, superposición y serialización de fragmentos de material-video, investigando la superposición de imagen-movimiento y arquitectura.

Sergio Schmidt estudió Artes Visuales en la Escuela Municipal de Bellas Artes de Quilmes. Es ganador del Gran Premio Adquisición Nuevos Soportes e Instalaciones del Salón Nacional de Artes Visuales.

Auspician Fundación Ciudad, Accionar de Vecinos Plaza Vicente López & Grupo Basta de Demoler.


RUIDAZO 2.0

La Proto Comuna Caballito, junto a una serie de ONGs, están organizando una serie de actividades de protesta para insistir sobre la necesidad de implementar mejoras en las políticas ambientales para la Ciudad. Este jueves se reúnen en el pasaje Portugal y Aranguren.


Organizado por la Proto Comuna Caballito, la Asamblea de Pompeya, los Libres del Sur, la Red Verde Ciudadana, la Agrupación Gral. San Martín, Causa Popular y SOS Caballito norte, este jueves a las 19 hs. se realizará un acto en pasaje Portugal y Aranguren para pedir la implementación de políticas ambientales para mejorar la calidad de vida de los porteños. El evento está enmarcado en una serie de actividades que culminará el 20 de noviembre. “Por un planeamiento urbano con equidad y justicia social que limite los excesos del mercado y favorezca el crecimiento de las zonas menos desarrolladas. Por la implementación de políticas de planificación y ambientales de escala metropolitana. Por un Plan Urbano Ambiental realmente participativo. Por la aprobación, el 22 de noviembre, en la Legislatura de la Ciudad de la Ley de Emergencia Patrimonial. Y del proyecto para limitar la altura en sectores de Caballito. Por la sanción de una Ley de Estudio de Impacto Ambiental Estratégico. Por indemnización del Gobierno de la Ciudad a los vecinos víctimas de los constructores sin escrúpulos. En contra del negociado de la rezonificación del predio de la Rural de Palermo. En contra de la Ley de colegiación de los administradores. Por un revalúo del ABL casa por casa”, anuncian los organizadores en un comunicado enviado a adnciudad.com.

“Como parte de una singular protesta participarán los fantasmas de Caballito, que narrarán las vivencias del pasado de nuestro barrio. Se presentarán, entre otros, El fantasma de las fragancias (naranjo, jazmín, dama de noche y tantas otras) El fantasma de los juegos de niños (carreras de bicicletas, fulbo con remeras de arco, rin raje) Ellos que hace tiempo eran dueños de todo el barrio, hoy están refugiados sólo en los angostos 100 metros del pasaje Portugal, Que ya están destruyendo de manera irreparable. ¿Qué será de nuestros fantasmas? ¿Qué será de nosotros sin recuerdos?”, finalizan.

La serie de protestas concluirá el 20 de noviembre donde las organizaciones convocan a Acoyte y Rivadavia desde las 19 hs. y proponen a la ciudadanía realizar un ruidazo desde las 20 hs., por 10 minutos.

Asimismo, se difundirá un documento presentado por las organizaciones participantes.

FUENTE: www.adnciudad.com

viernes, 19 de octubre de 2007

Declaran área de protección histórica a un sector de Coghlan

Así lo determinó la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires

Declaran área de protección histórica a un sector de Coghlan

El cuerpo legislativo sancionó en forma definitiva una ley que declara Área de Protección Histórica al polígono comprendido entre las calles Tronador, Rivera -primera calle adoquinada, en 1907- y Washington, de este barrio porteño.

Coghlan es un barrio de reducida extensión en el cual predomina el estilo arquitectónico inglés, que aún conservan muchas de sus casas. En un principio era una gran extensión de campo, que contaba solamente con algunas quintas.
Posteriormente, se transformó en el lugar de vivienda de una gran cantidad de familias inglesas que le dieron su estilo y toque europeo.
En octubre de 1887 el presidente Juárez Celman le otorgó a Emilio Nouguier (esposo de Pepa Casares Martínez de Hoz) la concesión de un ramal ferroviario (a construir) entre la estación Belgrano y el pueblo Las Conchas (Tigre).
Para materializar la empresa, Emilio Nouguier conformó la “Compañía Nacional de Ferrocarriles Pobladores” que, como primera medida, compró tierras en los lugares donde se construirían las estaciones del nuevo ramal. En 1888 la Compañía adquiere 30 hectáreas en lo que por entonces era el barrio de Belgrano. En esos terrenos surgirá, años después, el barrio de Coghlan.
El primero de febrero de 1891 se inauguró la estación Coghlan. Ésta y el barrio deben su nombre a la memoria del ingeniero irlandés John Coghlan, nacido en el Condado Kerray, Irlanda del Sur en 1824 y fallecido en Inglaterra en 1890, quien durante treinta años (1857-1887) residió y trabajó en el país en diversos emprendimientos de obras públicas.
El ingeniero Coghlan fue el autor del primer servicio de tecnificación del agua en el país, cuyo proyecto y estudios sirvieron de base para que, a partir de 1870, otro ingeniero británico, J. B. Bateman, los ampliara y concretara.

http://www.periodicoelbarrio.com.ar/noticia_diaria.asp?nro=294

domingo, 30 de septiembre de 2007

Una de cal, una de canto

La Cámara porteña confirmó el amparo que frena la demolición de Montevideo 1244/1250, en un fallo ajustadísimo, tajante y unánime. No sólo rechazó los pintorescos argumentos del procurador porteño, sino que le recordó al Ejecutivo un nivel de coherencia básico: si hay un proyecto de ley para catalogar un edificio, no pueden autorizar que se lo demuela. Sabugo, por su parte, se negó finalmente a inhibir la destrucción del edificio.

Por Sergio Kiernan


El edificio de los Bemberg en Montevideo 1244/50, que fue salvado de la segura demolición por los vecinos reunidos en Basta de Demoler, sigue en el centro de una muy inédita movida política. Por un lado, la Cámara porteña acaba de rechazar la apelación del procurador porteño con un contundente, claro y unánime fallo que le explica un par de cosas al gobierno de cómo se deberían hacer las cosas. Por el otro, el inefable Mario Sabugo acaba finalmente de enviar su informe a la Legislatura afirmando que no va a inhibir el edificio, porque ya autorizaron la demolición. Resultó que el funcionario no es distraído: es cómplice.

Los vecinos de Basta de Demoler perdieron la patriada en Callao 924 –por puntos: salvaron las antigüedades del petit hotel– pero se están luciendo en la de Montevideo 1250. Su amparo para que el delicioso edificio no sea demolido y reemplazado por una fea torre de vidrios prosperó y acaba de ser confirmado con toda la fuerza por la Cámara porteña. Los jueces Balbín, Corti y Centanaro no sólo le hicieron caso al fallo de su fiscal sino que fueron taxativos en algo obvio: cuando se trata un proyecto de ley para catalogar un edificio, hay que inhibirlo. Siempre, siempre, siempre, porque si no van, lo demuelen y todo se torna abstracto. ¿Quién dijo que a los abogados no se les entiende nada?

El largo fallo de la Cámara se origina en la insólita apelación del procurador general porteño, que por alguna razón considera que el pueblo que representa sería lesado si no se demuele el petit hotel. Balbín, Corti y Centanaro, de forma unánime, rechazaron esta semana su apelación. El escrito cuenta que el amparo fue presentado por Santiago Pusso como “vecino” –y en nombre de los vecinos de Basta de Demoler– con argumentos claros y llanos como que “es un barrio tan castigado por (las demoliciones), siendo que otrora ostentaba orgulloso una gran cantidad de petit hoteles, que daban marco a una fisonomía arquitectónica y urbanística única en una ciudad latinoamericana y que de no ser preservada es irrecuperable”.

Esta semana aparecieron dos pintadas pidiendo que no demuelan la casa de Montevideo y que no construyan la torre de oficinas y cocheras, para peor de cristales, que planea la empresa IQ.Fotos: Rafael Yohai
La historia que resumen los jueces continúa con la presentación de los diputados porteños Teresa de Anchorena y Jorge Enríquez, que demuestran que la autorización de demolición fue emitida después de que le comunicaran a las dependencias del Ejecutivo porteño que corresponden que estaba en trámite un proyecto de ley para catalogar el edificio. El Ejecutivo se hizo el oso y autorizó nomás, lo que resulta o sospechoso o estúpido, y en todo caso es incorrecto.

En contra se presentó la dueña del edificio, IQ Plaza Vicente López, cuyo representante explicó que iban a demoler nomás con la venia del gobierno porteño, y que estaban lesados en sus intereses económicos, además de haber cesanteado o suspendido a sus obreros y haber tenido que suspender el remate de las piezas de la demolición. También se presentó el procurador general porteño, apelando antes que los empresarios lesados, presentando argumentos que bordean la ciencia ficción. Primeramente, dijo que no hay verosimilitud en el reclamo del amparo, porque todos los papeles de la autorización de demolición están en orden. Como quedó claro arriba, esa autorización se dio después de que se comunicara por nota que se estaba proyectando legislativamente catalogar el edificio. De esto, el procurador general no se da por enterado. Su segundo argumento es que no existe “peligro en la demora”, lo cual es abiertamente psicodélico: una demolición toma literalmente horas o días, con lo que la premura de frenarla es evidente. Tercero, el procurador protesta porque no hay contracaución, esto es, porque no se fija un castigo económico por haber frenado la demolición. ¿Alguien necesita una chicana más clara para decirles a los vecinos que se callen y no se metan en los negocios inmobiliarios?

El fallo
Los jueces explican que consideraron los deberes que fija la Constitución de nuestra ciudad-estado al gobierno, entre los que están fijarse políticas medioambientales y culturales, garantizando explícitamente la preservación y restauración del patrimonio urbanístico y arquitectónico. Lo mismo ocurre con el Código de Planeamiento Urbano, que ordena catalogar y remitir a la Legislatura en un plazo perentorio de diez días (que ni Ibarra ni Telerman cumplieron jamás de los jamases). Luego le recuerdan al procurador porteño varios casos en los que hubo verosimilitud, apuro y contracaución y vuelven a repetir que Anchorena y Enríquez le comunicaron al Ejecutivo que se trataba de una catalogación en la Legislatura. Y ahí escriben, con claridad de romanos: “La existencia de un proyecto de ley sobre catalogación debe aparejar la modificación preventiva del catálogo respectivo mientras dure el trámite, y ello comporta la improcedencia de otorgar permisos de obra o demolición hasta tanto se resuelva”.

¿Se entiende? Los doctos jueces no dicen que “debería” inhibirse la demolición sino que “debe”. Hay que hacerlo. Punto.

Por tanto, la Cámara encuentra “razonable” y “ajustado” el amparo, y lo confirma: “Resuelve no hacer lugar a la apelación y, en consecuencia, confirmar la decisión recurrida”.

Este estupendo fallo unánime es una piedra basal para la acción: todo edificio o APH en proyecto, tratamiento o en ese limbo al que los condena el cajoneo de Telerman debe ser respetado.

Vecinos en la calle

Los vecinos de esta ilustre ciudad han descubierto el patrimonio de un modo que parece súbito. Por supuesto, lo que ocurre en realidad es que descubrieron que pueden defenderlo saliendo a la calle, protestando, movilizándose. Esto es, politizando el tema en el sentido más simple de ponerlo en la agenda política y cobrándoles a sus representantes electos la falta de legislación y de iniciativa política para defender el patrimonio construido.

En un punto, el tema es simple. Respecto del patrimonio hay tres clases de políticos. La mayoría nunca escuchó hablar del tema y no lo tiene presente porque con él no se ganan votos ni se tienen papelones. Son gente que sabe que, por ejemplo, no se puede cerrar un hospital ni siquiera si realmente hiciera falta cerrarlo, porque el escándalo sería sideral. Saben también que con el patrimonio no ocurre lo mismo.

Una minoría de políticos defiende el patrimonio, lo aprecia y conoce, pero hace apenas lo que puede ante una mayoría indiferente y ante el tercer tipo de político, minoritario pero realmente peligroso. Estos son los que directa o indirectamente lucran con la destrucción de nuestro edificios mejores, vía “peajes” para autorizar o acelerar construcciones o simplemente como miembros de la industria, a la que van a volver al dejar la función pública y en la que quieren ser recibidos con los brazos abiertos. Estos lo hacen por dinero y los ejemplos en administraciones pasadas, presentes y hasta futuras son claros y evidentes.

El único modo de parar esto es, desgraciadamente, haciendo olas. Los vecinos de Caballito, Parque Chas, Agronomía y Recoleta lo han descubierto y se mueven con energía, habiendo salvado ya varios edificios a fuerza de manifestaciones y recursos de amparo. Los eventos que se cuentan en la nota principal sobre el edificio de Montevideo 1244/50 les suben el costo político a los coimeros y a los indiferentes por igual, lo que ayuda a cuidar el patrimonio.

Ahora son los vecinos de la calle Pujol al 1400, en Caballito, los que salen a protestar, esta vez porque se va a construir un edificio de diez pisos en esa cuadra tranquila de casas unifamiliares, otra de las novedades con que se encuentran los porteños con el código que trabajaron finamente De la Rúa, Ibarra y Telerman, cada uno en su momento y con sus partes, para que toda la ciudad sea negocio para las constructoras. El miércoles, los vecinos se reunieron en la esquina de Pujol y Tres Arroyos para realizar un cacerolazo de protesta por el edificio. Como se verá, ya está empezando a haber una cierta sofisticación en la protesta, pues no se trata de una brutal torre sino de un edificio de diez pisos.

No muy lejos, en Floresta, los vecinos están de luto porque cerró el viejo café que desde hace muchos años encantaba con el nombre de El Arbolito, en la esquina de Bahía Blanca y Avellaneda, justo enfrente de la plaza Vélez Sarsfield. El barcito de la foto, una encantadora y típica esquina, cerró para ser reemplazado por la consabida torrecita de barrio, alta porque está en una avenida, y tan fea y olvidable como toda la arquitectura comercial actual. Los vecinos están enojados porque se dirigieron a su CGP, el 7, y a la Dirección General de Patrimonio pidiendo que el edificio sea catalogado aunque sea en su fachada, y cuentan que “nada se ha hecho”. Los vecinos de Floresta ya saben con qué bueyes aran y se están comunicando para sacar fotos de la esquina y pedirles a los obreros de la demolición que les regalen algunas molduras, para llevarlas a la Junta Histórica del barrio y preservarlas. Una tristeza.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Cuestionan que sea legal llamar Palermo Queens a Villa Crespo

LA DEFENSORIA DEL PUEBLO PORTEÑA SOLICITO UNA INVESTIGACION

Cuestionan que sea legal llamar Palermo Queens a Villa Crespo

http://www.clarin.com/diario/2007/09/14/laciudad/h-04405.htm

La Defensoría del Pueblo de la Ciudad pidió ayer que se investigue si algunas inmobiliarias recurrieron a "prácticas engañosas" al comercializar propiedades en Villa Crespo, cambiándole el nombre al barrio por "Palermo Queens". Además, solicitó que, si corresponde, se apliquen sanciones a los infractores.

En su resolución, la Defensoría le pide a la Dirección General de Defensa y Protección al Consumidor porteña que "se investiguen estas prácticas engañosas y se apliquen las sanciones que correspondan a las empresas del rubro inmobiliario que usan el nombre de Palermo Queens para denominar a Villa Crespo".

El organismo actuó a raíz de la presentación realizada en julio por Hugo Tornese, presidente de la Junta de Estudios Históricos de Villa Crespo, que denunció que varias inmobiliarias publican al barrio como Palermo Queens.

Hace tres semanas se sumó otra queja presentada ante el Gobierno porteño por la Asociación Civil Principios Identidad Cultura Educación, que reaccionó ante un folleto de la inmobiliaria Shenk, que convocaba: "Juntos fundamos Palermo Viejo. Hoy Palermo Queens". El volante les anunciaba a los dueños de propiedades entre Córdoba, Lavalleja, Pringles, Corrientes, Thames y Uriarte que era "el momento más propicio" para vender o alquilar.

Los vecinos denunciaron que el cambio de nombre del barrio viola el artículo 42 de la Constitución Nacional, que garantiza el derecho de los consumidores a "información adecuada y veraz". También señalaron que se estaban vulnerando las leyes nacionales de lealtad comercial y de defensa del consumidor, que prohíben la propaganda que induzca confusión.

En su momento, desde la inmobiliaria Shenk se defendieron asegurando que su intención no era cambiar el nombre a Villa Crespo, sino llamar a ciertas manzanas con un nombre comercialmente más atractivo.

El perfil de Buenos Aires

El perfil de Buenos Aires

http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota.asp?nota_id=940584

Por Teresa de Anchorena
Para LA NACION


Invito al lector a recorrer una cuadra de la calle Alsina, la del 400, a pocos metros de la Plaza de Mayo. Allí verá, en la esquina de Defensa, los llamados "altos de Elorriaga", viviendas y comercios, donde se superponen restos de arquitectura colonial con reformas del siglo XIX; enfrente, la farmacia La Estrella, siempre en actividad; a mitad de cuadra, con la fachada agrietada, invadida por todo tipo de malezas, la casa que fue de María Josefa Ezcurra, cuñada de Juan Manuel de Rosas, frente al siempre concurrido y bien conservado café La Puerto Rico.

En esta diversidad me parece ver resumido algo del carácter de Buenos Aires. Durante mucho tiempo, la nuestra ha sido una ciudad hermosa y maltratada, en su arquitectura tanto como en sus árboles, castigados e invictos.

El patrimonio arquitectónico de una ciudad es un bien colectivo, un conjunto de referencias históricas y culturales que enriquecen la acción del ciudadano allí donde vive y trabaja. Ese patrimonio permite entender de dónde venimos tanto como adónde queremos ir, incluso en términos de renovación y de ruptura.

Es necesario, por lo tanto, repetir que el concepto de patrimonio y su salvaguarda no se limitan a los monumentos históricos. La calidad ambiental de un barrio de casas bajas como Parque Chas, sin pretensiones de lujo, es un bien tanto como puede serlo la efervescencia económica de la "ciudad nueva" de Puerto Madero.

La aceptación de edificios altos en la avenida Juan B. Justo, por ejemplo, no supone ignorar la movilización de los vecinos de Caballito para preservar la calidad ambiental de su barrio, amenazado por la construcción de torres. Lamentablemente, el Código de Planeamiento Urbano de 1977 autoriza imprudentemente las construcciones altas en casi todos los barrios.

El Estado debe escuchar a los vecinos y proteger el derecho de aquellos que han elegido vivir en una zona de la ciudad por sus características peculiares: de lo contrario, se afecta indirectamente el derecho a la propiedad de los que han optado, por ejemplo, por un barrio de arboledas y casas bajas, si en él empiezan a construirse torres y edificios en altura sin planificación alguna.

La ciudad de Buenos Aires posee un patrimonio arquitectónico de originalidad y diversidad extraordinarias, donde se fusionan las huellas de los múltiples aportes que dieron forma a la historia de la ciudad. Esa arquitectura es un valioso elemento simbólico de nuestra identidad como ciudad y un instrumento diferenciador en un mundo cada vez más uniforme y globalizado, que hace de Buenos Aires una ciudad irrepetible.

Obras de inspiración colonial, francesa, italiana o inglesa, conviven, dialogan en su espacio urbano con obras espontáneas como en ninguna otra ciudad del mundo.

Es este carácter único el que convierte a este patrimonio en recurso económico. El turismo ha pasado a ser en años recientes un factor importantísimo en la economía nacional, no sólo en la de la ciudad. El visitante extranjero es particularmente sensible al encanto de un Buenos Aires, cuyo carácter cosmopolita, lejos de diluir una personalidad propia, la pone de relieve.

Un informe reciente de la revista Travel& Leisure confirma los estudios realizados por la comuna porteña: la arquitectura es una de las motivaciones principales del turista que llega a la ciudad de Buenos Aires, segundo destino preferido por el turismo internacional.

El patrimonio arquitectónico construido es un capital de enorme valor, como lo expresaba la Carta Europea de Patrimonio Arquitectónico, suscripta hace 32 años, "su preservación, lejos de ser un lujo para la comunidad, es una fuente de economía".

Esa preservación permite valorizar oficios artesanales, hoy amenazados de extinción. Desde el punto de vista social, la restauración debe enmarcarse también en un plan que de respuesta a la necesidad de generar nuevos empleos, por medio de la creación de Escuelas Taller, que permitan capacitar como restauradores y dotar de mayor calificación a trabajadores de la construcción.

Preservar no supone atentar contra el derecho a la propiedad. En ese sentido, hemos presentado un proyecto de ley que establece la obligatoriedad de realizar una consulta previa antes de demoler o modificar fachadas de edificios construidos con anterioridad a 1942, fecha del primer catastro.

Mecanismos similares ya se han puesto en práctica en ciudades como La Plata, Rosario y Río de Janeiro y permiten saber al vecino qué inmuebles están protegidos, y en qué grado, y cuáles no. Esta norma serviría como herramienta para facilitar el diálogo entre el Estado, los propietarios y los vecinos, para acordar la preservación de partes de inmuebles o fachadas, conservando los elementos arquitectónicos principales y a la vez pudiendo realizar construcciones nuevas.

Por otra parte, es preciso que el gobierno de la ciudad de Buenos Aires agilice los mecanismos de compensación para aquellos propietarios que puedan ver depreciada su propiedad, muchos de los cuales están vigentes, pero no se utilizan, como las desgravaciones impositivas, que pueden significar un descuento del 100% de las tasas; la implementación de créditos blandos del Banco de la Ciudad para la realización de proyectos en edificios de valor patrimonial y la transferencia de la capacidad constructiva, que prevé aplicar en otra parcela -propia o de terceros- la diferencia entre la superficie que tiene el edificio catalogado y la superficie originalmente permitida en el distrito en que se emplaza el inmueble.

Es imprescindible hacer compatible el derecho individual a la propiedad con el derecho colectivo a la preservación del patrimonio cultural.
Compete al gobierno de la ciudad dar el ejemplo cuando encara la restauración de inmuebles patrimoniales, como en el caso del Teatro Colón.

Es necesario tomar todos los recaudos para preservar los elementos patrimoniales, optando siempre que sea posible por la restauración antes que por el reemplazo (cosa que hoy, lamentablemente, no ocurre, en la medida en que se ha privilegiado la confección de nuevos y costosísimos textiles en lugar de preservar aquellos que tienen impregnados cien años de música e historia, elemento central que contribuye decisivamente a la maravillosa acústica de la sala).

Es urgente pasar de una política de preservación del patrimonio declamativa y sentimental a otra activa y concreta, en la que se definan reglas claras de preservación, se instrumenten mecanismos operativos de compensación a aquellos que se vean afectados, y se planifique. Así podrán convivir las edificaciones antiguas con las contemporáneas, y estas últimas, antes que ir en detrimento de la arquitectura valiosa existente, representarán un aporte que se suma, para conformar el patrimonio arquitectónico de las generaciones venideras.

Ciudadanos, empresarios y Estado, todos debemos asumir, ya mismo, nuestras respectivas responsabilidades.

La autora es presidenta de la Comisión de Patrimonio Arquitectónico y Paisajístico de la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires.